¡Políticos, nos entusiasmen a sus ideas!

En los últimos días leí un comentario del historiador Alfredo Jocelyn-Holt en el periódico La Tercera sobre lo tonto de hacer plebiscitos. El historiador se refiere a dos ejemplos de los últimos meses cuando hubo una mayoría por la opción que los políticos no habían preferido: El Brexit y el alto al fuego en Colombia. Jocelyn-Holt razona que muchos tiranos han usado el plebiscito por sus ideas – y por eso el sistema de una democracia representativa es la opción mejor.

De verdad, no se mucho del modo como el gobierno de Colombia intentó convencer la población de Colombia. Y la mayoría que voto por el Brexit me sorprendió también. Pero de los medios podía observar las campañas en Gran Britania antes del plebiscito: los defensores de la salida de la Unión Europea hacían una campaña creativa y positiva y podían convencer mucha gente que Gran Britania podría vivir muy buen afuera de la Unión Europea. Por otro lado, los defensores de Gran Britania quedarse en la Unión Europea hacían una campaña casi solo de miedo y advertían de las consecuencias malas que Gran Britania sufredía.

En mi opinión es una excusa muy mala decir que la gente es demasiado estúpida para entender y calificar una cosa o la que solo vota desde sus emociones. No es que los políticos siempre hagan lo mejor para el país y nunca para sus intereses. Hay países – por ejemplo,  Suiza – que practican los plebiscitos con mucho éxito: La gente no solo vota con mucha sabiduría y una vista del futuro y muchas veces contra sus intereses individuales. Además, una decisión del plebiscito puede ayudar a garantizar el apoyo de la población a decisiones políticas. Por ejemplo, en Stuttgart en Alemania los políticos construyen una nueva estación de trenes subterránea: Un proyecto bastante caro y muchos expertos dudan que valga la pena – y el dinero. Habían habido muchas protestas hasta que el gobierno regional hizo un plebiscito sobre la cosa: Contra todas dudas la mayoría voto por la estación nueva y desde eso momento que han terminado las protestas.

Si los políticos tuvieran que convencer a la gente de sus planes y la entusiasmaran con sus ideas, sería más fatigoso. Pero es la forma de tomar a la gente en serio. Por el ejemplo del Brexit los defensores de quedarse en la Unión Europea se hubieran entusiasmado con el éxito al que hemos llegado en Europa: 70 años atrás disparamos a los otros y tuvimos la guerra más grande de la historia – hoy podemos viajar sin mostrar nuestro pasaporte, podemos cambiarnos de un país al otro, podemos trabajar en otro país sin pedir un permiso. Algún día podríamos vivir en los Estados Unidos de Europa. En mi opinión la Unión Europea es una de las mejores ideas de la historia – excepto la burocracia, pero es un problema solucionable.

Entonces los políticos tienen que aprender que tienen que convencer a la gente – y no solo declararlos demasiado estúpidos.

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